domingo, 27 de marzo de 2011

Perfil

Una vida llena de triunfos.

Medellín, 12 de marzo de 2011.  Cada puerta que nos abre la vida es una nueva oportunidad  para seguir construyendo los sueños e ideales que con sacrificios, méritos, esfuerzos y empeños  más adelante  serán gratificados.  

Como la vida no se mide por los años vividos sino por los  logros obtenidos., cada experiencia, fracaso, dolor y angustia que vivió Antonio Morales para poder sobrevivir lo transformaron  en una persona optimista que con el tiempo lo convirtieron en un ejemplo de vida.

Antonio Morales un señor de gran carácter pero de corazón noble y espíritu emprendedor desde sus siete años siempre le ha gustado trabajar. Nunca tuvo el calor de madre ni el apoyo de padre que lo pudiera guiar puesto que cuando tenía un año sus padres fallecieron en un accidente de tránsito. Su abuelo materno lo fue formando, le brindó todo su apoyo para que fuera aquel nieto triunfador que soñó tener. Lo único que tenia  aquel joven en la vida era una finca que le  dejó su madre antes de fallecer.

Este hombre fue creciendo en un mundo de negocios donde a sus ocho años logró tener amistades con los comerciantes más ricos del barrio Florencia de la ciudad de Medellín. Allí, creó fama por su madurez y mente de grande y en especial por su solidaridad y ayuda en vigilancia. Al ver que sus esfuerzos  le estaban abriendo puertas decidió hablar con su abuelo para vender la finca que le dejó su mamá y así poder comprar un local y montar una legumbrería. Su abuelo lo apoyó. A los seis meses con la ayuda de Carlos Quintero, comerciante del barrio montaron la legumbrera la cual ellos la llamaron “verduras Toño”. El negocio empezó a coger fama. Era tan agradable el ambiente, tan buena la atención, tan fresca las verduras y frutas que llegó a ser la mejor legumbrería del barrio.  Antonio ya era un joven reconocido en varias partes de la ciudad de Medellín. Como era tan reconocido pensó en una estrategia y decidió dejar la legumbreria y montar un Bar que era lo que en aquel entonces atraía y gustaba a todo tipo de persona.

Como Antonio no tenía la suficiente edad y dinero para mantener el Bar se ingenió hacer unos bafles grandes y empezó a hacer bailes en la cuadra y así con la ayuda que le brindara la gente lograr recoger suficiente dinero para más adelante tener con qué mantenerla. “La gente lo apoyó, nunca lo abandonó” dice Antonio.

Sus pensamientos eran siempre positivos, no se dejaba opacar de nada ni de nadie. Solo le importaba triunfar sin importarle llegar a ser el primero, puesto que  Para triunfar simplemente hay que llegar.

Pasaron dos años y pudo hacer su segundo sueño realidad sin dejarse desanimar de sus fracasos. Montó el Bar donde iba todo tipo de personas y donde no faltaban los mejores comerciantes del barrio, y mejor aún, donde pudo conocer la mujer de sus sueños que más adelante la convirtió en su mujer. Las personas   lo veían como un  un joven ejemplar, que sin el apoyo de un padre ni una madre pudo salir adelante sin necesidad  de tomar caminos indebidos.

Ahora de sus 68 años, cuatro hijos, 11 nietos y una bella esposa se da cuenta lo importante que es soñar, proponerse metas y más cuando hay por quién luchar.

Hoy, Antonio Morales sigue siendo un hombre de negocios los cuales le han brindado muchas satisfacciones en su vida a costa de mucho sacrificio y empeño.

En sus planes a futuro espera poder dejar a sus 11 nietos el fruto de toda una vida de trabajo para que al igual que el puedan ser personas de bien y con sueños por realizar.

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